Cantares 1:2
INTRODUCCIÓN: El libro de Cantar de los Cantares es una hermosa pieza poética inspirada por el Espíritu Santo que exalta el amor entre un hombre y una mujer.
Como tal, también es un buen comparativo entre el amor de Dios y su pueblo amado, ya sea Israel o la iglesia.
En este caso la parte que nos interesa resaltar es la exclamación de la doncella hacia su amado que dice: Porque mejores son tus amores que el vino.
El vino es un símbolo de placer y felicidad muy arraigada en la cultura judía, y para la doncella, el amor de su amado era mejor que todos los vinos de esta tierra.
Si tratamos de espiritualizar este pasaje, podríamos decir que el amor de Cristo es mejor que todos los placeres de este mundo.
El mundo actual nos ofrece su vino a través de la satisfacción de nuestros deseos, la fama y el poder, pero su fin nos conduce a la destrucción de nuestras vidas y la perdición de nuestras almas. Veamos por qué el amor de Cristo es mejor que lo que el mundo ofrece.
I. EL DELEITE TEMPORAL DEL MUNDO CONDUCE A LA MUERTE: (1 JUAN 2:15-17)
Por medio del mundo el diablo nos seduce para tentarnos a través de los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria del mundo.
Muchos son los que buscan satisfacer sus deseos sin entender que el pecado los conduce a la destrucción de su vida.
Salomón al escribir el libro de Eclesiastés hablo de la forma de cómo se había entregado a todos los placeres, pero al final concluyo que su fin era en vano y sin provecho: “Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo mi sabiduría. No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena. Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol”, (Eclesiastés 2:9-11).
Esto es así porque todo lo que el mundo ofrece es temporal y sin fundamento, la satisfacción de nuestros deseos carnales jamás nos dará la verdadera felicidad, las falsas oportunidades y prestigios de este mundo solo son una ilusión que nos engañan.
El ser humano jamás disfrutara plenamente de las cosas que este mundo ofrece porque el pecado lo conducirá a la destrucción de su vida tal y como lo declara la escritura: (Job 20:4-8)
II. EL AMOR DE CRISTO ES MEJOR DE LO QUE EL MUNDO OFRECE. “… Porque mejores son tus amores que el vino”. (Cantares 1:2)
La doncella hace una fuerte declaración en este libro: Porque mejores son tus amores que el vino.
Para ella, el amor de su amado le era mucho mejor que cualquier símbolo de placer en este mundo.
Si la doncella es un tipo de la iglesia y el amado un tipo de Cristo, sabemos que ningún placer de este mundo se compara con la bendición y felicidad que trae su amor a la vida de las personas. Esto es así porque:
Su amor nos da la vida eterna.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna… Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas”. (Juan 3:16,19)
Los placeres del mundo son incapaces de otorgarnos el don de la vida eterna, pero cuando recibimos el amor de Cristo nos hacemos herederos de ello.
Su amor nos hace verdaderamente libres del pecado.
“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”. (Romanos 6:14)
Su amor es mejor que cualquier placer de este mundo porque nos hace libre de todas nuestras cadenas que nos atan al pecado.
La libertad que tenemos en Cristo nos permite de disfrutar de la vida plena que se nos ofrece como hijos de Dios.
Su amor nos da una vida plena y una herencia eterna.
“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros”. (1 Pedro 1:3-4)
Finalmente, el amor de Cristo nos ofrece una vida con propósito con una firme promesa de bien donde nuestra fe es el fundamento de ella.
El amor de Cristo no da la oportunidad de gozar de todas sus promesas de bendición y protección divina así como una herencia espiritual en el reino de los cielos.
CONCLUSIÓN: El hombre busca el placer y la felicidad en todo lo que el mundo le ofrece; pero jamás la encontrara ya que el pecado lo conducirá a su ruina y condenación eterna.
En contraste, el amor de Cristo es mejor que cualquier cosa terrenal el cual nos da la vida eterna, nos hace libres de nuestros pecados y nos da una herencia en los cielos.
2 Crónicas 34:23-28
INTRODUCCIÓN: Después de la muerte de Salomón el reino se dividió en dos, Israel en la parte norte, y Judá en la parte sur.
De entre todos los reyes buenos que tuvo el reino del sur, Josías quizás sobresale entre todos ellos porque desde sus 8 años se dispuso a buscar a Dios de todo su corazón y por todas las reformas espirituales que hizo, pero quizás lo más admirable fue su gran devoción y temor a la palabra de Dios.
Cuando Josías mando a reconstruir el templo sus funcionarios encontraron un libro entre los escombros sin saber que se trataba de la ley de Dios y estos a su vez se lo leyeron al rey.
Veamos lo que podemos aprender de esta sorprendente historia.
I. EL HALLAZGO DEL LIBRO ENCONTRADO Y LEÍDO: (2 CRÓNICAS 34:8-10, 14)
A. LA IGNORANCIA DE LA PALABRA HACE TROPEZAR AL PUEBLO DE DIOS
1)En estos versículos vemos como los funcionarios del rey Josías encontraron el libro que contenía la ley de Dios,
2)La cual al parecer por años había estado perdida y tanto el pueblo como sus funcionarios No la conocían.
a)Cuán triste es cuando el pueblo es privado de la ley de Dios,
b)La ignorancia en cuanto a sus promesas y estatutos los hace tropezar en la trampa del pecado,
Y así había pasado con este pueblo ya que después de los reinados de Manasés y Amón habían transcurrido alrededor de 57 años donde la superstición e idolatría habían reinado en medio de Judá y la ley de Dios había quedado en el completo olvido.
d)(Oseas 4:6) “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”.
3)Cuando la palabra de Dios No es predicada la maldad crece sin ninguna oposición.
Aquel día el libro de la ley fue encontrado, desempolvado y leído delante del rey.
II. LA ACTITUD HACÍA LA PALABRA DE DIOS
Cuando el rey Josías escuchó lo que la ley decía, y al considerar su gran pecado delante de Dios y los juicios que vendrían sobre ellos por causa de su maldad, su actitud cambio y ésta debería ser la nuestra ante la palabra de Dios.
Veamos cual debería ser nuestra actitud ante la palabra de Dios.
A. ARREPENTIRNOS DE NUESTROS PECADOS.
1)En primer lugar reconoció el pecado que se había cometido y le dolió en su corazón: “Luego que el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos”,(2 Crónicas 34:19).
2)Más adelante la profetisa Hulda dice referente a su actitud ante haber oído los juicios que vendrían por los pecados de su pueblo: Por cuanto oíste las palabras del libro, y tu corazón se conmovió, y te humillaste delante de Dios al oír sus palabras sobre este lugar y sobre sus moradores, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos y lloraste en mi presencia, yo también te he oído.
3)Muchos que escuchan la palabra de Dios se muestran insensibles y deciden seguir en sus pecados ignorando que su decisión los llevara a la condenación eterna.
4)No obstante, nosotros debemos ser atentos a la palabra de Dios y reconocer nuestras maldades.
B. BUSCAR LA AYUDA EN LA PALABRA DE DIOS.
1)En segundo lugar, busco ayuda en la misma palabra de Dios: (2 Crónicas 34:21).
2)La misma palabra que muestra el inexorable destino del pecador es la que le ofrece la salida y el plan de salvación.
C. CREER EN LA PALABRA DE DIOS.
1)En tercer lugar, creer en que la misericordia de Dios es suficiente para salvarnos.
2)Como consecuencia de su humillación,
a)Dios le prometió que No vería este mal que venía sobre Jerusalén y él le creyó: He aquí que yo te recogeré con tus padres, y serás recogido en tu sepulcro en paz, y tus ojos no verán todo el mal que yo traigo sobre este lugar y sobre los moradores de él. Y ellos refirieron al rey la respuesta. Lo único que necesitamos es creer y Josías lo hizo.
D. OBEDECER LA PALABRA DE DIOS
1)Finalmente, la actitud que tomó Josías después de creer que Dios lo había perdonado fue de completa obediencia en su palabra: (2 Crónicas 34:31-32).
2)Después de creer en Dios y sus promesas,
a)El rey se comprometió a obedecer su ley, y obligo a su pueblo a sujetarse a Dios,
b)De igual forma, cada uno de nosotros debe obedecer su palabra después de recibir por fe su gran salvación
Y por eso Pablo decía que aquellos que se someten al señorío de Cristo y cree en su sacrificio será salvo: (Romanos 10:9).
III. LAS CONSECUENCIAS DE HUMILLARNOS ANTE SU PALABRA: (2 CRÓNICAS 34:26-28)
A. HAY BENDICIÓN
1)Como consecuencia de haberse humillado ante la palabra de Dios,
a)Josías fue salvado del terrible juicio que venía sobre Jerusalén por causa de sus pecados,
b)Así todo aquel que se arrepiente de sus pecados Jesús lo salva de la condenación eterna.
CONCLUSIÓN: Nuestra actitud hacia la palabra de Dios tiene que ser en completa humillación y obediencia, porque cuando hacemos así el Señor perdona nuestros pecados y nos rescata de la condenación eterna: “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”(Santiago 1:21).